Google ha anunciado esta semana dos cambios que afectan a los resultados de búsqueda en dispositivos móviles, uno más bien de carácter estético, y otro enfocado a mejorar la experiencia de usuario cuando se consume contenido en el móvil o la tablet.
Por un lado, Google eliminará la etiqueta «mobile-friendly» con la que hasta ahora se identificaba a las páginas web especialmente optimizadas para pantallas de pequeño tamaño; por otro lado, la compañía empezará a penalizar a aquellas webs que dificulten la navegación por su contenido – especialmente aquellas que muestran un pop-up o un interstitial que oculta el contenido o lo oscurece, haciéndolo inaccesible para el usuario.
Google empezó a darle una importancia especial a las páginas que se adaptaban perfectamente a móviles a finales de 2014, con la introducción de una etiqueta que las distinguía como tales dentro de los resultados de una búsqueda hecha desde un dispositivo móvil.
Pocos meses después, en abril de 2015, Google anunció que esa adaptación se tendría en cuenta para la clasificación de dicha web en los resultados de búsqueda, y en mayo de este año reforzó todavía más el peso de ese criterio.
Ahora que, según Google, el 85% de las páginas web ya están adaptadas a móvil, la etiqueta empieza a ser redundante, con lo que la compañía ha decidido prescindir de ella para mantener un diseño claro y limpio. Google recuerda, eso sí, que el criterio de adaptabilidad a móvil sigue siendo importante para decidir el ranking de una web.
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El cambio más llamativo, sin embargo, es el relativo al uso de pop-ups y de interstitials en la versión para móvil de una página web: se trata de esas ventanas que aparecen por encima del contenido, ocultándolo u oscureciéndolo, e impiden acceder directamente al contenido.
Google considera que este tipo de prácticas resulta frustrante para el usuario, que porque les impide acceder directamente al contenido desde un resultado de búsqueda, y además en un móvil a veces resulta especialmente complicado tocar el botón correspondiente para cerrar esas ventanas. Por eso, a partir de enero de 2017, Google empezará a penalizar con una peor clasificación en sus resultados de búsqueda a todas las webs que utilicen este tipo de pop-ups.
Por contra, hay algunos tipos de ventanas emergentes como éstas que no afectarán a la clasificación de la página web si, según Google, se usan de forma responsable. Se trata de casos como los pop-ups que responden a requisitos legales, como el aviso de cookies o la comprobación de la edad del usuario, o la pequeña ventana que invita a instalar la app relacionada con la web que se está visitando, y que aparecen tanto en Safari como en Chrome.
Asimismo, Google recuerda que este criterio es sólo uno más de los centenares que se tienen en cuenta a la hora de decidir la clasificación de páginas web en los resultados de búsqueda. Y que, como siempre, el propósito de dicha búsqueda sigue siendo uno de los más importantes – así como el hecho de que el contenido de la web en cuestión sea de calidad y relevante.
Vía | VentureBeat
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