El ransomware se ha puesto lamentablemente muy de moda en los últimos meses, causando verdaderos quebraderos de cabeza tanto a particulares como a empresas e instituciones que han sido víctimas de uno de estos ataques. Y aunque tendemos a pensar que esas cosas “siempre les pasan a los demás”, lo cierto es que si no se toman las precauciones adecuadas, cualquiera puede acabar siendo objeto de los cibercriminales.

Por eso, en este artículo repasaremos algunos de los hábitos que conviene adoptar para prevenir las consecuencias de un posible ataque ransomware, así como consejos y utilidades para proteger el ordenador y los datos que guardamos en él. Repásalos punto por punto y asegúrate de que los cumples todos, y así evitarás problemas en el futuro.

¿Qué es el ransomware?

Antes de entrar en materia, no está de más que repasemos un poco el concepto, el origen y la historia del ransomware. Este tipo de malware (software malicioso) puede atacar tu sistema de dos formas: por un lado, cifrando tus documentos y ficheros de sistema, de forma que no tienes acceso a ellos (como por ejemplo, Locky o Cryptolocker); por otro lado, bloqueando tu entrada tu entrada al sistema operativo, de manera que no puedes acceder a tus ficheros (como por ejemplo, Winlocker).

En cualquiera de los dos casos, el ransomware solicita una cantidad de dinero (normalmente en bitcoins, y con un límite de tiempo para pagar) a modo de rescate para poder descifrar los documentos o recuperar el acceso a tu sistema, respectivamente. Sin embargo, pagar el rescate no sólo no es garantía de recuperar tu ordenador y tus datos, sino que además estás contribuyendo a financiar futuros ataques de estos cibercriminales.

El primer malware que reproduce las características propias del ransomware apareció en 1989, y se llamaba AIDS Trojan. Este malware cifraba los ficheros de todo el sistema y pedía al usuario un pago de 189 dólares (unos 170 euros al cambio actual) para poder acceder de nuevo a ellos.

Desde entonces, las cosas han cambiado bastante y el ransomware ya no es cosa de un adolescente tecleando frenéticamente en el sótano de su casa. Este tipo de malware es todo un negocio para los cibercriminales, y como tal, éstos buscan que les dé el mayor beneficio posible.

 

Porcentaje de nuevos tipos de amenazas (aplicaciones engañosas, falsos antivirus, ransomware de bloqueo y ransomware de cifrado) identificadas entre 2005 y 2015. Fuente: Symantec.

Por eso, los creadores de ransomware suelen ir a por dos tipos de víctimas: los usuarios particulares por un lado, y las empresas privadas e instituciones públicas por otro. Los primeros, porque suelen ser víctimas “fáciles” que demasiado a menudo no han tomado las precauciones adecuadas para evitar el ataque, porque tienen esa sensación que comentábamos antes de que es algo que no les va a pasar a ellos.

En cuanto al segundo tipo de víctima, las empresas son atractivas porque en general se les puede pedir más dinero (y ante el temor de las consecuencias que pueda tener el ataque sobre su negocio, suelen estar más dispuestas a pagar). Las instituciones públicas, por su parte, pueden contener bases de datos interesantes con las que los cibercriminales tienen la posibilidad de hacer negocio; si a esto le sumamos que en muchas ocasiones su software está obsoleto y desprotegido, tenemos una víctima perfecta para el ransomware.

Buenos hábitos para evitar el ransomware

Si lo piensas bien, esta serie de “buenas costumbres informáticas” no difiere mucho de las que ya deberías tener para, en general, proteger tus datos ante cualquier posible imprevisto. Pero nunca está de más que las recordemos.

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Consejos para protegerte del ransomware

Hasta ahora hemos hablado de hábitos que pueden ayudarnos a evitar un ataque con ransomware, o en el peor de los casos, al menos paliar sus consecuencias (generalmente, la pérdida de datos). Pero además de estas costumbres básicas de seguridad, hay otra serie de recomendaciones que deberías seguir para evitar caer en las redes de este tipo de malware (y de paso, de casi cualquier otro tipo de amenaza o estafa online).

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Distribución de ataques mediante exploits por tipo de aplicación atacada

Utilidades contra el ransomware

Uno de los mayores peligros del ransomware es que utiliza varias técnicas para evitar ser detectado por los antivirus estándar. Además, suelen cambiar y evolucionar muy rápido, de forma que si tu antivirus no se actualiza con la suficiente rapidez, será inservible como barrera de protección.

Lo más recomendable, además de usar un buen antivirus, es contar con la protección extra de una herramienta de software dedicada exclusivamente a este tipo de malware, o incluso una suite de seguridad completa. Algunas opciones interesantes son BitDefender Internet Security, Malwarebytes Anti-Malware, Avast Internet Security o HitmanPro Alert.

Además del software de protección que tengas instalado en el ordenador, una acción extra de seguridad que puedes llevar a cabo es analizar cualquier fichero sospechoso con algunos de los servicios de análisis antivirus online que puedes encontrar en Internet, como VirusTotal o Malwr.com.

¿Y qué hacer en caso de resultar infectado? Lo más importante: resistir el impulso de pagar, puesto que eso no te asegura recuperar tus datos o el acceso a tu ordenador, y estarás dándoles medios a los ciberdelincuentes para seguir estafando a más gente.

Desconecta el PC de Internet y de la red local, y comprueba si es posible hasta dónde han llegado los daños. Luego, desde otro PC que no esté infectado, verifica la copia de seguridad de tus datos. A partir de ese momento, y si puedes recuperar tus ficheros desde esa copia, lo más recomendable es hacer una reinstalación limpia del sistema operativo en el PC infectado.

Vía | Genbeta